“El Lado Bueno de las Cosas” es un ejemplo de estar en el momento justo en el lugar adecuado, véase, una película romántica del montón con decentes interpretaciones que destaca respecto al resto del género y acaba llevándose 8 nominaciones a los Oscar.
Director: David O. Russell
Actores: Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Robert de Niro, Jacki Weaver, Chris Tucker, Julia Stiles, John Ortiz
Género: Romántica
País: Estados Unidos
Año: 2013
Duración: 120 minutos
El lado bueno de las cosas (Silver Linings Playbook) es la última película romántica de éxito en Hollywood. La historia gira en torno a Pat (Bradley Cooper) que, después de salir de un psiquiátrico por agredir al amante de su mujer, pretende recuperar a ésta. Todo ello mientras conoce a una chica tan desequilibrada como él, Tiffany (Jennifer Lawrence). Sus padres también serán protagonistas en la historia sobretodo su primogénito (Robert de Niro): un fanático del equipo de fútbol americano de la ciudad que quiere pasar más tiempo con él inculcándole su pasión por los Philadelphia Eagles. La evolución de Pat hará que se plantee la relación con su mujer al conocer cada vez más a Tiffany.
“El lado bueno de las cosas” es una buena película pero que puede decepcionar si ve sabiendo que ha sido nominada en 8 ocasiones a los premios Oscar ya que no es más que otra película romántica con una más que decente interpretación. A parte de eso no aporta nada que no se haya visto antes; un guión repetido miles de veces y muy previsible (chico persigue a mujer equivocada mientras que tiene en sus narices a la que más le conviene). Destaca la actuación de la actriz protagonista pero quizás tampoco era para que ganara el Oscar (Jennifer Lawrence), del resto del reparto nada que remarcar. Sólo ver como la reputación de Robert de Niro se sigue yendo al garete (le ha cogido el gusto a hacer el mismo papel de padre cascado del protagonista) con su enésima película mediocre. De Niro continúa viviendo de rentas y “prostituyendo” su legado a cambio de unos cuantos millones de dólares ya en el final de su carrera al estilo Marlon Brando.
Como en toda película producida por judíos, no podía faltar al menos una escena de su enfermizo racismo anti-blanco. Es de agradecer que en esta ocasión los productores hermanos Wenstein no utilizan más 2 horas para hacer su lavado de cerebro como en “Django Desencadenado” sino que esta vez se conforman con una sola escena.En conclusión, es una buena pelicula pero que no ha inventado la pólvora. Las 8 nominaciones a los Oscar resultan excesivas dejando claro que este no ha sido un año fuerte por lo que se refiere al cine.
Nota: 5,5