Corría el año 2000 en la NBA, el concurso de mates no pasaba por su mejor momento ya que hacía dos años que ya ni se celebraba. Así, después de tres años de ausencia el conocido como “Slam Dunk Contest” volvía al All Star de la NBA con unos desconocidos Vince Carter, Tracy McGrady y Steve Francis que posteriormente se convertirían en megaestrellas de la liga. Los otros participantes, que no brillaron en ningún momento, fueron Larry Hugues, Ricky Davis y Jerry Stackhouse.
Un Steve Francis con sus poco más de 1,90 que recordaba a Spud Webb, un enorme Tacy McGrady que empezaba a despuntar y sobretodo un descomunal Vince Carter que con su innovador repertorio dejó a todos con la boca abierta. La potencia y espectacularidad de Carter lo convierten sin duda en el mejor “matador” de la historia. Cuando realizó el mate más sorprendente de todos los tiempos pasándose el balón por debajo de las piernas antes de machacar, ganó y a la vez acabó con el concurso para siempre. Ese fue el momento en que el Slam Dunk murió, ese fue el fin de todo. Posteriormente y hasta el día de hoy los siguientes concursos no serían más que un intento de copia de lo visto aquel día y un desvirtuamiento con cada vez más absurdas acciones perdiendo la esencia y la originalidad para siempre.
Carter, McGrady y Francis llevaron a convertir el del año 2000 en el mejor concurso de mates de la historia. Unos jóvenes prometedores que posteriormente ninguno de ellos alcanzaría a ganar un anillo de campeón, fue McGrady quien más relevancia tendría en la liga con sus enormes temporadas en Orlando y decentes actuaciones en Houston, Steve Francis (actualmente con 35 años y destrozado por las drogas) hizo buenas temporadas en Houston Rockets pero nunca llegó lejos en Playoffs mientras que Carter con buenos años en Toronto (donde se le recuerda básicamente por sus espectaculares acciones) y actualmente en el declive de su carrera en Dallas es el único de los 3 que siguen en activo. Un concurso a día de hoy venido a menos y sin sustancia, busca la presencia de algún grande como Lebron James o Kobe Bryant que no parecen estar por la labor (tienen nada que ganar y mucho que perder) para que pueda volver a ser relevante.
Por suerte, pude ver en directo en el año 2000 un acontecimiento histórico: el día que todo acabó, el día que Vince Carter destruyó el concurso de mates y ya nada volvió a ser igual.