“El color del dinero” es un clásico de los años 80 donde Tom Cruise recoge el testigo de Paul Newman. Dos de los mejores actores de sus respectivas épocas compiten a la vez tanto al billar como interpretativamente.
Director: Martin Scorsese
Actores: Paul Newman, Tom Cruise, Mary Elisabeth Mastrantonio, John Turturro, Forest Withaker
Género: Drama
País: Estados Unidos
Año: 1986
Duración: 114 minutos
El color del dinero es una película dirigida por Martin Scorsese que gira en torno al mundo del billar. Eddie (Paul Newman) es un retirado ex-campeón de “pool” que un día conoce al joven y brillante jugador llamado Vincent (Tom Cruise) y a su novia Carmen (Mary Elisabeth Mastrantonio). Asombrado por su talento Eddie, que es todo un experto en hacer dinero, convencerá al joven y su pareja para que lo sigan por todo Estados Unidos timando a la gente. El contraste entre Eddie (a quien solo le importa el dinero) con el joven Vince (quien tiene principios) chocará a la vez que irá evolucionando inversamente hasta que separan sus caminos volviendo a coincidir más tarde en Atlantic City, lugar donde se encuentran los mejores jugadores del mundo.
Esta película de los años 80 muestra como con un sencillo argumento pero con una gran fuerza de las interpretaciones se puede crear un clásico. Paul Newman en sus últimos años en activo hace un gran papel por el cual fue galardonado con un Oscar. Un jovencísimo Tom Cruise está a su altura en todo momento demostrando que sería un grande del cine; en las tres décadas posteriores seguiría triunfando en la mayoría de las películas donde participara siendo siempre el foco de atención y llevándose siempre el protagonismo. Y es que Tom es un género en si mismo. Nunca falla, puede estar mejor o peor pero un filme suyo te asegura como mínimo, el entretenimiento (y eso ya es mucho). De la actriz protagonista poco más se ha vuelto a saber de ella, típica actriz que la cogieron por su belleza y poco más. También destaca el pequeño papel que tiene un joven y desconocido Forest Withaker, futuro ganador del Oscar. Como curiosidad, la mayoría de jugadores de billar que aparecen son campeones reales de este deporte.
Cuanto más uno puede ver películas de antaño, se da cuenta de que antes primaba más contar una buena historia, respaldada con unas buenas interpretaciones. Eso era suficiente para sacar un título adelante; en cambio hoy día cada vez se pretende envolver todo en efectos especiales y cambios constantes de plano donde los guiones, a parte de ser faltos de originalidad, son cambiantes y estúpidos en general. A pesar de un final atropellado y no haber sabido cerrar mejor, es una gran película en una década de oro para el cine. Dos horas justas de largometraje aprovechadas hasta el último segundo. Recomendable.
Nota: 9