VIDEOJUEGOS EN LOS QUE HACES CÁLCULOS MATEMÁTICOS CASI SIN DARTE CUENTA

Partiendo de la base de que cualquier programa informático está creado a base de ceros y unos (código binario), es más que evidente que las matemáticas están muy presentes en todo tipo de juegos que precisen de una pantalla para jugar. Las matemáticas no son sólo cálculos aritméticos, sino que la geometría en sí forma parte de ella, con lo que, en el momento en que los juegos pasaron a diseñarse en 3D, las matemáticas cobraron aún más protagonismo.

La física también está derivada de cálculos matemáticos. Muchas veces, es necesario realizar diversos cálculos a efectos prácticos para decidir desde qué ángulo, con qué fuerza o incluso de cuántas veces debemos realizar un lanzamiento, por ejemplo. En juegos de plataformas, todos estos aspectos debemos tenerlos en cuenta, pero lo hemos interiorizado de tal manera que casi no apreciamos el hecho de que pasamos toda la partida realizando cálculos.

Por tanto, cuando hablamos de que un juego tiene mucha matemática, no sólo nos referimos a aquellos en los que debemos contar casillas para avanzar, sino a prácticamente cualquiera. Algunos de los que conllevan un uso más obvio son aquellos en los que debemos completar un espacio, sea lineal o volumétrico, con piezas tipo puzzle. En este sentido, el Tetris podría ser el rey de las matemáticas. Presente en máquinas recreativas desde 1984, ha llegado a convertirse en el videojuego más vendido de la historia.

Tetris ha dado lugar a muchas secuelas, una de las más recientes y adictivas, 1010, cuyas reglas han sido en parte reinventadas, pero que trata de limpiar la pantalla metiendo piezas en una línea de 10 cuadrados. En este principio de calcular piezas basadas en cuadrados se sustentan juegos tan exitosos como Minecraft, en el que crear mundos perfectos depende mucho de la disposición de las piezas que elijamos.

Dominando el cálculo puro y aritmético se pueden conseguir excelentes resultados en algunos de los videojuegos clásicos que más lejos han llegado desde que la informática se usa en el ámbito doméstico: el famoso Buscaminas es un juego exclusivamente basado en la capacidad de realizar operaciones básicas como sumas y restas. No es el único juego al que se puede llegar lejos con un cálculo mental ágil: el BlackJack online de 888 es otro clásico en el que esencialmente deberemos sumar y tener en cuenta las cartas que ya no pueden salir. En esta línea, el Sudoku, que dio el salto del papel a la pantalla del smartphone, es también uno de los reyes del cálculo.

Otro gran éxito fundamentado en la física fue el Angry Birds y toda su saga: aquí era muy importante saber calcular trayectorias en base al peso, volumen, distancia, velocidad y fuerza de retroceso con un simple tirachinas. Poco a poco fueron complicándolo con variantes como el Angry Birds Space, en el que los objetos, por la diferencia gravitacional, se comportaban de manera completamente diferente.

Pero hay otros juegos en los que casi no nos damos cuenta de que estamos calculando. Por ejemplo, los juegos de conducción tipo el Need For Speed. En estos, la velocidad obviamente debe estar sujeta a revisión de manera constante, pero también debemos saber la anticipación con la que girar antes de tomar una curva, en qué momento preciso activar un “nitro” o cuánto combustible nos costará un movimiento en concreto.

¿Seguimos? Los juegos deportivos como las sagas FIFA Y PES también hacen un empleo de las matemáticas muy completo. Es importante conocer la resistencia de cada futbolista, los tiempos de los partidos y una infinidad de variables para saber en qué momento hacer cambios de jugadores. Aquí el cálculo de probabilidades es muy importante, y quien piense que lo único que cuenta es tener a los mejores jugadores o a los más cotizados se equivoca. La estrategia basada en las matemáticas es esencial para obtener unos resultados brillantes.

Por supuesto, los juegos basados en la música, ya sean de baile, karaoke o uso de instrumentos como Magic Piano, tienen principalmente en cuenta el ritmo, que no es otra cosa que seriación matemática: si nos fijamos, el subconsciente murmura “un, dos, tres, cuatro” para acertar el paso, el toque o el comienzo de la estrofa o estribillo justo en el momento en que el juego lo demanda.